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Historia

Los primero datos sobre la casa, extraídos del archivo foral de Bizkaia, remontan al año 1796. En ellos se habla de la casa como “casa nueva, con sus pertenecidos, propia de JOSEFA DE BARRENA, viuda de Manuel de Epalza, con vna havitación; vive en ella dicha viuda y, como tal, ynterin la goza, no se cuenta, sino media” (Etxe Uzenak Orozko, Pedromari Ojanguren Iralakoa, Ed. Garoa 2006).

La siguiente información de la que disponemos, se remonta a mediados del siglo XIX. En un documento se habla de la liberación de una hipoteca que constaba sobre la casa, ya a nombre de ARÍSTIDES ARTIÑANO.

No obstante, a finales de este siglo, debido a la convulsa situación política de la época (guerras carlistas), Arístides y su familia se refugian en Barcelona, impregnándose los Artiñano de un ambiente modernista emergente en la ciudad.

A principios del siglo XX, Arístides y su familia vuelven a Orozko. Su hijo GERVASIO ARTIÑANO  reforma la casa distribuyéndola como actualmente se conoce; pasa de ser una casa con la tradicional actividad agrícola-ganadera a una residencia de verano de carácter modernista, diferenciándose de las demás casas de la zona. Es aquí cuando se le da a la finca el nombre de Zarrian Barri (“en lo viejo, nuevo”), aunque en el pueblo se conoce como “El Palacio”.

En esta reforma se retiran las cuadras de la planta inferior, se baja la cocina a esta planta, se abren ventanas y se crea la capilla para las oraciones del viejo y enfermo Arístides (1910). Posteriormente se encarga el diseño del jardín a un paisajista inglés, cuya mano todavía se aprecia en la distribución de los grandes árboles y sus caminos.

La cocina anteriormente estaba en la planta primera. En la fachada norte de la casa aún podemos ver la piedra de desagüe del fregadero (en euskera harriko “de piedra”), siempre situado cerca del fuego, que se hacía sobre un suelo de piedra (de ahí el nombre “fuego bajo”). El humo, mediante algún tipo de campana subía a la planta superior donde se conservaban alimentos ahumados.

Por su trabajo como catedrático en la Escuela de Ingenieros y diputado por Álava, la guerra civil sorprende a Gervasio Artiñano en Madrid, de donde no volverá. Su mujer FLORA LUZARRAGA y una de sus hijas, Pilar, vuelven tras un largo periplo como refugiadas.

En los años 60, PILAR toma el relevo de la finca volviendo a la actividad ganadera, pero esta vez, establecida de forma industrial: grandes cuadras, cultivo hidropónico de forraje…

Se implanta así la primera granja de estas características en Bizkaia dirigida además por una mujer, algo excepcional en la época. Es entonces cuando se construye el añadido acristalado al salón y la piscina, quedando la casa básicamente como la conocemos hoy en día.

Actualmente, Zarrian Barri se ha convertido en el hospedaje Artiñano Etxea, que toma su nombre del apellido de la familia, regentado por uno de los nietos de Pilar.

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